Hay películas por las que no pasa el tiempo.

Hacía por lo menos 17 años que no la veía y ayer tras volverla a ver, me vi sorprendido cantando esos temazos que sólo esta fábula de Rock and Roll tiene.

No es que sea una obra maestra, ni que las actuaciones sean sobervias o que la historia sea muy original, pero tiene magia.

Con una Diane Lane majestuosa y bellísima, un Willem Dafoe más feo que nunca (que terminó haciendo que todos nos arrodillásemos junto a él en Platoon ) y un Michael Paré en su única gran película.

Desde el inicio nos metemos ya en una música que recuerda a la gran Bonnie Tyler y nos hace vibrar con sus ritmos ochenteros.

La sorpresa viene cuando nos encontramos con un Bill Paxton muy joven en un papel no menos importante en la historia. Sí ese gran Bill que nos trajo esa gran obra debajo del brazo que era Escalofrio.

Nos encontramos ante una obra genial de Walter Hill , un director de grandes películas y otras muy pequeñitas.

Ayer fui feliz tras volver a verla.
Que no es poco.



Qué pasada!!!

Etiquetas: El cine de Ayer